¿SERÁN LOS ÁNGELES?
Nuestras vidas son caminos,
caminos de sólo ida
y lo que dejamos atrás
son recuerdos,
recuerdos que los ángeles del cielo
atrapan y nunca olvidan.
Hay veces que Dios nos manda un ángel
para que nos envuelva con sus alas
sencillamente porque somos almas
que este cuerpo que ahora vemos
las tiene cautivas.
Y buscamos el cariño que nos trate
con aliento, con ternura y con calor.
El contacto de las manos,
el sonido de la voz,
la mirada alegre o triste,
los gestos, las pisadas, las caricias, el olor
un dibujo, una foto, el susurro del viento y esa emoción
que se mete en nuestro cerebro
y se clava y no sale.
Pues bien, ése es el momento
en el que el ángel del que te hablaba antes
abre sus alas, se despierta y resucita
los recuerdos que guardaba.
Y nos quedan dos opciones:
alegrarnos o enfadarnos,
pero elijamos la que elijamos
aunque seamos caminos de recuerdos
los ángeles no se olvidan.
COMUNERO
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