En “Eva al desnudo” ,
Bette Davis llevaba un vestido de seda que Edith Head había diseñado con escote
cuadrado, pero el día que se lo probó a la actriz no le quedaba bien, las
medidas de sus hombros se habían tomado mal y los tirantes se caían. Edith
decidió que era mejor lucir los hombros, y le aplicó un broche para arreglarlo.
Después de este curioso cambio resulta que el diseño fue uno de los más
celebrados de Head y tiene un puesto importante en la propia historia del cine.
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